Quedaría un problema por definir, y es exactamente el saber
que es ciencia y que es investigación. El genio mexicano Rosenblueth (compañero de Wiener
en la creación de la cibernética) le dedica todo un capítulo de su libro “El método científico”, en el cual
comienza diciendo que probamente la mejor respuesta obtenible es la de que la
ciencia es el tema del cual tratan los libros y revistas científicas y que el
método científico es el que siguen los hombres de ciencia en sus laboratorios o
gabinetes cuando se dedican a la investigación científica. Obviamente esto es
tautología y así lo debió comprender el maestro Rosenblueth cuando se declara insatisfecho con esta descripción.
Por eso prosigue en la búsqueda de una definición. Halla la
de Julián Huxley: La ciencia es sentido común y la encuentra trivial, por
lo difícil que es definir que es sentido común y porque este, además, hace
generalizaciones que no se ocupan de comprobar. Cita la de otro ingles, Woodeger, en sus principios biológicos que dice: una ciencia es un conjunto
sistematizado de proposiciones que se refiere a un tema determinado. Y agrega Rosenblueth, humorísticamente: de
acuerdo con esta definición, una colección de chistes sobre los pericos, en que
aparecieran estos por orden alfabético, sería un tratado científico. Finalmente,
la que más le gusta y con la que queda es con una de su propio peculio: la
ciencia empieza y acaba siempre con la naturaleza, en una realidad externa que
se postula. La observación científica se reduce, en última a una serie de
mediciones. Pero las medidas por si solas no constituyen una aportación
científica.
Aunque ya tenemos una Sociedad
Colombiana de Epistemología que
se reúne muy puntualmente y que se ha ocupado de estas inquietudes, las he traído
precisamente para demostrar que la definición del problema no es sencilla.
¿Qué es investigación científica? ¿En cuantas ocasiones nos
someten proyectos que solo consisten en contar cosas, desde glóbulos rojos
hasta accidentes de tránsito, y tratan de pasar como proyectos de investigación
sin siquiera preocuparse por establecer una hipótesis de trabajo y unas
posibles conclusiones? ¿Podemos aceptar en el futuro que estos contadores de
cosas sean calificados como investigadores y se les otorgue la investidura de
tales? a mi parecer, este simposio deberá dedicarse de lleno a tratar de
establecer los requisitos mínimos que
una persona debe llenar para ser clasificada como investigador científico.
Entre ellos se podría contar las características de su formación de pregrado,
la categoría y el número de trabajos publicados (Cuantos se publican en
“journals” internacionales por año), la
categoría y la pertinencia de su investigación básica o aplicada, su rol dentro
de la comunidad científica, etc.
Bibliografía: Bierman
Enrique, metodología de la investigación y del trabajo científico, Unidad
Universitaria del Sur de Bogotá, Unisur, Bogotá 1990. Varias páginas. Documento tomado con fines
académicos.
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