La relación que se articula entre ambos
términos arriba señalados es dinámica
y constante. Por una parte podemos
decir que el sujeto debe situarse
frente al objeto como algo externo a
él, colocado fuera de sí, para poder examinarlo. Hasta en el caso de que
quisiéramos analizar nuestras propias sensaciones y pensamientos deberíamos
hacer esa operación, es decir deberíamos objetivarnos (“desdoblarnos” en una
actitud reflexiva) para poder entonces situarnos ante nosotros mismos como si
fuéramos un objeto mas de conocimiento. Este problema, la necesidad de
objetivar elementos propios del sujeto para poder conocerlos es uno de los que
hacen más compleja toda investigación que se desenvuelve dentro de las ciencias
sociales y de la conducta.
Bibliografía. Sabino
Carlos A, El proceso de investigación, Editorial el Cid Editor, 1980, Bogotá –
Colombia - Documento de uso académico