No lo parece así, a primera vista. Estamos tan habituados ,
en nuestra vida cotidiana , en nuestro trabajo, en todo lo que decimos o
pensamos , a manejar una cantidad tan grande de conocimientos que, por eso, el
conocimiento se nos presenta como algo inmediato, como lo que se sabe acerca de
nuestro mundo , como algo natural casi, que no cuesta esfuerzo adquirir. Todos
sabeos que la tierra es esférica, que el Pico
Bolívar es la mayor elevación de Venezuela,
que el átomo se compone de un núcleo y electrones, que Colon arribo a América
el 12 de octubre de 1942. Todo parece muy sencillo hasta aquí: lo dicen los
manuales escolares y los periódicos, lo repite la gente, nadie intenta negarlo,
pero muestra perspectiva cambia radicalmente si, de pronto, hacemos una
sencilla pregunta: ¿Cómo es que sabemos
todo esto? ¿Cómo sabemos que es
verdad, si no hemos podido comprobarlo directa y personalmente? Y aún más,
aun cuando lo comprobáramos en apariencia ¿Podríamos estar seguros de lo que
vemos, oímos o sentimos? Porque el sol parece girar al redor de nuestro
planeta, y sabemos que eso no es cierto; la materia presenta un exterior
inerte, y sin embargo está cargada de una tremenda energía en interior, y así
con todo.
Al llegar a este punto es que podemos, entonces,
vislumbrar que existe un problema alrededor de lo que es el conocer, el saber
algo acerca de los objetos que nos rodean y acerca de nosotros mismos. Y este
problema radica fundamentalmente en que los seres humanos necesitan para
desarrollar su vida y responder a sus inquietudes, de un conjunto amplio de
conocimientos pero, por otra parte, la verdad no se muestra directa y
llanamente a nuestra percepción, debe ser buscada, encontrada por medio de un
trabajo indagatorio que tiene como referente los mismos objetos de los que los
que intentamos conocer algo.
Surge entonces una primera distinción
que es precisa resaltar, particularmente para los estudiantes: no debemos confundir una afirmación
(Que puede ser cierta o falsa, no importa en este caso) respecto a un hecho o a
un objeto, con el proceso mediante el
cual se ha obtenido el conocimiento cuyo resultado es esa afirmación. En
otras palabras, aquello que dice un profesor o que leemos en un libro o un
periódico digamos, por ejemplo, que la economía suiza crece a un ritmo del 4%
anual, es una afirmación, cierta o falsa, que nosotros podemos recordar y utilizar;
es, por tanto, un conocimiento, que recibimos si se quiere de un modo pasivo, y
que incorporamos y relacionamos con otros que poseemos de antemano. Pero
resulta evidente que alguien, una o más personas, son los responsables de esa afirmación;
alguien, de algún modo, ha estudiado la economía suiza, para seguir con nuestro
ejemplo, y ha determinado por algún medio que su crecimiento anual es del 4% y
no del 3% o del 5%, ¿Cómo lo ha hecho? ¿De
qué recurso se ha valido para saberlo? Este es el punto que nos interesa.
Aquí, cuando comenzamos a preocuparnos acerca del modo en que se ha adquirido un
conocimiento es que aparecen multiplex problemas, que iremos esbozando - pues
la naturaleza de nuestra obra no nos permite extendernos demasiado en este punto.
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